Iron Maiden + Slayer + Ghost Live At Foro Sol Stadium Mexico City 17-09-13 Tercera Parte (El Concierto – Mi Casa Es Tu Casa).

Pues bien ya es hora de continuar con esta historia, pónganse cómodos pues aquí viene la tercera entrega que corresponde ya propiamente a la presentación de Iron Maiden el pasado 17 de septiembre.

Luego de comprobar la presencia de más de 50,000 maidenianos aquella noche y cantar Doctor, Doctor de U.F.O. viene ese mágico momento tan intenso como efímero, como una gota de agua en el mar, al apagarse las luces del recinto entero y comenzar a rodar otra cinta, ahora el antes ausente intro de música clásica/orquestal se hacía nuevamente presente después de algunos años (de hecho desconozco el nombre de la pieza, si alguien lo sabe apreciaría con creces que me diga cuál es), encendiéndose las pantallas gigantes que mostraban una elaborada proyección muy similar a como lo era la transición entre Moonchild y The Evil That Men Do en el video original de Maiden England ’88, aunque con algunas mejoras técnicas, por supuesto en alta definición y algunas inserciones varias, nuevamente con el rostro del «metiche» Bruce que no podía dejar de salir en esta muestra (muy similar a como lo hace en la overtura Satellite 15… de la gira The Final Frontier).

Luego de las primeras líneas de la noche que recitaban aquél célbre intro de Moonchild, se dio paso a una noche explosiva desde el primer instante en que los seis británicos ponían los pies sobre el escenario, con Bruce Dickinson apareciendo en esta ocasión directamente hacia la plataforma encima del resto de los músicos que le ayuda a sobre salir de la forma que tanto le gusta, y nos llevábamos la primera sorpresa de la noche al verlo usar un sombrero de charro de color azul, que coronaba su regia presencia retorcidamente engalanada con ese atuendo todo en negro con un saco lleno de colgantes y estoperoles y un pantalón de mezclilla algo ajustado, mientras debajo suyo con sus habituales piruetas aparecían Janick Gers y Steve Harris, la dupla dorada que tanto disfruto ver, jan usando su Fender Stratocaster color negro que Ian Gillan le obsequió, vistiendo una playera ajustada sin mangas con la imagen promocional de la gira Maiden England (y que también es la portada de la reedición 2013 del CD y DVD Maiden England ’88), que tanto hemos visto al cansancio, mientras que el jefe Harris sin soltar su Fender Precission personalizado con el escudo del West Ham United vestía una playera también ajustada y sin mangas con un confuso estampado de unas cintas análogas de grabación sobre una consola de audio; al otro costado aparecía Adrian Smith con su Jackson Signature San Dimas vistiendo un chaleco roido de mezclilla muy retro con algunos parches y una playera roja que nos recordaba bastante al look que tenía en la etapa The Number Of The Beast además de su inseparable paliacate que oculta su parcial calvicie, pero era Dave Murray quien me sorprendía más volver a ver, luciendo ligeramente más jovial y en mejor condición que la última vez, vistiendo la playera conmemorativa a aquella fecha, que nuevamente hacía referencia a nuestras raíces autóctonas, usando su Fender Stratoccaster con acabado tobacco sunburst, mientras que naturalmente Nicko McBrain era prácticamente invisible para mí (y seguramente para el resto de la gente), de no ser por las pantallas gigantes que nos dejaban ver algunos helados detalles en el decorado de su nuevo kit.

El escenario era en efecto una recreación del utilizado en la gira Seventh Tour Of A Seventh Tour 1988 – 1989, con algunas mejoras, con los telones que cubren la base de la plataforma de Bruce mostrando algunos de los eddies más célebres de la historia representados como tétricas figuras congealdas (de manera muy similar a como aparecen en la contraportada del disco Seventh Son Of A Seventh Son), mientras que el enorme telón del fondo era precisamente la parte superior de la portada del citado disco, con un tenue rostro de eddie dibujándose entre el humo despedido por las llamas que aparecen en la cabeza de aquél eddie (pero que  no aparecían en ese telón siendo una abstracción del mismo), rodeado por una serie de bombillas flotantes adornaban la surreal composición, los saltos y los cantos no se hacían esperar, además del siempre beneficioso reacomodo entre el caos que nos permite acercarnos aunque sea un poco más, los arreglos comenzaron a manifestarse al percatarnos que ahora Adrian Smith recuperaba su solo original, que había sido cedido a Janick durante la gira Somewhere Back In Time de 2008, algo que no me agradó del todo.

Rápidamente cambiaba el telón al que ahora ya mostraba al eddie Can I Play With Madness? también modificado con ese aspecto de congelación ancestral que parecía ser el estilo que predominaría en la estética representada y que naturalmente nos daba santo y seña de lo que se avecinaba, mientras Bruce contaba hasta 3 seguido del siempre bien recibido efecto de fuego frío ahora Janick cambiando a su stratocaster blanca ideal para hacer todos los giros y trucos que siempre hace, pero que durante esta canción son más propicios, sobre todo al terminar el puente cuando los rasgueos accidentados se hacen presentes, mientras Bruce conservaba el sobrero de charro utilizándolo de manera más dinámica, sin duda recordábamos aquella ocasión en la que precisamente al tocar Can I Play With Madness? en la primavera del 2008 usaba también un sombrero de charro y que quedara inmortalizado en el documental Flight 666, y en esta ocasión de nueva cuenta ante un Foro Sol abarrotado dispuesto a cantar de esa forma tan enérgica que nos caracteriza, algo que Bruce comenzaba a percibir.

Comenzaba una proyección más, que sería la secuencia de apertura de la antigua seria The Prisoner, y que evidentemente significaba el arrivo de la primer rareza extrema de la noche, una canción que más allá del primer periplo de esta gira, no había sido tocada en vivo desde la gira No Prayer On The Road en 1991, lo que significaba más de dos décadas de ausencia, todo un privilegio poder presenciarla ahora ya con la formación de las 3 guitarras, naturalmente Adrian conservando su solo, dando paso a la quemadísima 2 Minutes To Midnight, ahora con el telón de fondo con el arte del sencillo del mismo nombre aunque por supuesto también congelado, una canción que ha estado presente constantemente salvo la primera parte de la gira The Final Frontier en el verano del 2010, y que tal vez se mantenga por ser la más versátil proveniente del seminal Powerslave sirviendo cual comodín idóneo al hacer referencia a esa etapa de la banda, pero que aún así sigo pensando que sería bastante refrescante darle un descanso, aunque claro sigue siendo de las más enérgicas y cantadas.

Llegaba el momento de otra sorpresa con Afraid To Shoot Strangers, que reaparecía desde sus cenizas, habiendo estado ausente desde la etapa con Blaze Bayley, concretamente en la gira Virtual XI, en donde se le daba un tratamiento ligeramente acústico muy a la Janick Gers, lo que me hacía suponer que quizá sería la oportunidad para verle tocar su Gibson Chet Atkins nuevamente, pero por desgracia no fue así, limitándose a tocar la línea de acompañamiento en tono limpio de la guitarra eléctrica, siendo esta una de las presencias que más ruido me causaba, pues si bien me parece un excelente corte, no corresponde al periodo que en teoría estaba recreándose, aunque entiendo el movimiento que fue al aprovechar la situación, pues no se sabe cuando pueda ser la última vez que se pueda hacer eso.

El telón cambiaba nuevamente y ahora aparecía el eddie The Trooper entre las sombras, por fortuna regresando al del arte del sencillo original (Ya que durante la primera parte de la gira se estaba usando ya el rediseño del mismo [que mencioné anteriormente apareciendo en toda la imagen promocional]), así respetando todo ese ritual Bruce aparecía vistiendo su gloriosa casaca roja ondeando la bandera del Reino Unido de la manera más gallarda y teatral posible, por supuesto dándose tiempo para juguetear con Janick poniéndole la bandera encima de su cara desde la plataforma, desatándose uno que otro mosh por toda la pista de las localidades generales.

Otro cambio en el telón y aparecía aquél mismo que había sido usado durante la gira The Final Frontier durante la canción The Number Of The Beast, así que ya sabíamos de nueva cuenta lo que nos esperaba, mientras la grabación de la tenebrosa voz de Barry Clayton entre las tinieblas invocaba al macho cabrío que emergía del costado izquierdo del escenario, desatando la locura en todo el estadio al momento de tocar su más grande éxito, aquél inmediatamente reconocible por el que probablemente muchos conocen a la banda, en aquél festín de pirotecnia emulando el fuego infernal propio de la más aterradora pesadilla, que no haría sino encender nuestro espírtu, mientras el grito de ¡maiden! ¡maiden! se hacía presente, con un muy satisfecho Dickinson que sorprendido nos decía lo increíble que le parecía ver el recinto replto en cada ocasión desde «Flight 666» decía, el primer concierto en América latina lo que ya lo hacía según él sentirse ya como en casa, abrumado por la tremenda hospitalidad a la que eran sujetos una vez más pues le habían dicho que nosotros acostumbramos decir a nuestras visitas «mi casa es tu casa», por lo que procedió a hacer sus característicos ademanes levantando los brazos incitando los gritos a su placer marcando el ritmo de los mismos, luego de repetidas ocasiones abruptamente interrumpió diciendo «The Phantom Of The Opera…».

El telón nuevamente había cambiado otro arte de sencillo aparecía, en esta ocasión del sencillo Run To The Hills – Live, promocional del Live After Death (pero que tiene a un eddie disfrazado del fantasma de la opera, tocando el órgano a las afueras de una gran ciudad, por lo que desde la gira Eddie Rips Over The World, se le suele referenciar más a esta canción), que por si se lo preguntaban… también estaba congelado; una canción digna de apreciarse con todos sus matices y por supuesto que con todas las características indicadas para un concierto (en toda la extensión de la palabra), referente de una generación, compleja y seductora, potente y evocadora incitando a los saltos y al «headbanging» desde su glorificación en 1980, y si bien ya habíamos tenido la enorme dicha verla en 2009, en esta ocasión todo ese ambiente se veía reforzado de nueva cuenta por las brutales llamaradas que Bruce daba la ilusión de poder manipular mientras expresaba su deseo de beber tequila y mezcal además de gritar como mariachi (justo como lo había hecho al término del concierto del 2009 en la canción Sanctuary) y al menos en este caso los nuevos arreglos se mantuvieron ahora con la dupla Murray-Gers en el rol de las guitarras gemelas.

Nicko marcaba el paso del bombo mientras aparecía el telón con el arte del sencillo Run To The Hills, una de las grandes favoritas y que había quedado ausente en el año 2011, con ese delirante y dramático estribillo alcanzable únicamente por Bruce el «air raid siren», cuando al momento del solo de Dave Murray, el fuego frío se manifestó nuevamente con el primer eddie tridimensional en aparecer aquella noche, caracterizado como el general George Custer, famoso por su desempeño en las «guerras indias» de Norteamérica, dando paso así a la única cita al disco Somewhere In Time, con Wasted Years, la gran y emotiva oda al presente que tanto significa para muchos de nosotros, y que representa el momento célebre para el gran Adrian Smith.

De repente y nuevamente entre la penumbra un gigantesco eddie aparecía al fondo, era el eddie The Clairvoyant (una de sus variantes), sus ojos se encendían y sosteniendo una bola de cristal nos hacía ver que la leyenda del séptimo hijo de un séptimo hijo estaba por cobrar vida con aquella epica pieza de música, que no sería The Clairvoyant pues la aparición de aquella imponente figura no significa sino la hora de tocar Seventh Son Of A Seventh Son, una canción que antes del 2012, había permanecido cerca de 25 años fuera de los sets, por lo que la oportunidad de presenciarla representaba auténticamente un momento histórico en la trayectoria de maiden, muy probablemente nunca más tendríamos esta oportunidad, y manteniendo la estructura de los arreglos de manera muy similar a Rime Of The Ancient Mariner en 2008 y 2009, Janick se limitaría a un complemento ambiental, juguetando con retorcidos efectos crujientes de su guitarra, tocando la canción todos claro con tiempos mucho menos vertiginosos que en 1988 aunque con mayor solidez y fluidez en las melodías pero sobre todo en los compaces, mientras el «performance Dickinsoniano» no se hacía esperar, siendo más notable antes del puente y los solos al encenderse dos enormes velas junto al mosntruoso alquimista, acompañado de Michael Kenney que reaparecía en el escenario, también exactamente de la misma forma en que lo hacía en la gira Seventh Tour Of A Seventh Tour, tocando el teclado (estilizado como un órgano), haciendose las líneas de sintetizadores mucho más notables, todo esto sucedido del ciclotímico duelo de solos de Adrian y Dave, toda una muestra de singería indiscutible por parte del conjunto de 8 entidades que sobre el escenario dejaban perplejos a quienes no podíamos sino DEGUSTAR aquél enorme despliegue de talento y producción,

Este segundo eddie se respedía con la aparición de otro telón, otra vesión de The Clairvoyant se manifestaba, en esta ocasión sin aparecer congelado, sino justamente como se le representa en el arte original y también ahora sí para tocar la citada canción con ese magnífico solo de bajo que hizo cimbrar el piso del Foro Sol y que tan replicado ha sido por los aspirantes a bajistas que intentan reflejar la influencia que el gran Steve Harris les representa, mientras el público no dejaba de cantar que era algo que se intensificaría con la siguiente canción que sería ese momento tan emotivo como mágico como lo es Fear Of The Dark cuando 50,000 fanáticos nos entregábamos inevitable a ese coro encendiendo celualres y tanto dispositivo tuvieramos a la mano, para volver a brincar de manera un tanto marcial.

Vendría la orden clásica del «scream for me Mexico City» por parte de Bruce Dickinson, algo que más de uno ya podemos interpretar como el momento en el que ha de tocarse la propia canción que da indentidad a la banda más allá de tener el nombre de la misma, sino por ser el momento de la noche de la gloriosa y gigantesca entrada de eddie en su máxima expresión luego de ser invocado al paso de un par de estrofas y desenfrenadas piruetas del enérgico Janick Gers, emergiendo desde el fondo del escenario, en esta ocasión naturalmente con el aspecto del disco Seventh Son Of A Seventh Son, sosteniendo una especie de feto en su mano derecha mientas este se gesticula, rodeado de llamas, ya acercándose hacia el final de la apasionada velada, con la banda arrojando plumillas, baquetas, muñequeras y demás hacia algunos afortunados.

No pasaba mucho tiempo cuando los bises habrían de hacer su aparición, cuando las pantallas gigantes nuevamente mostraban una proyección, que era el discurso de Winston Churchill al declarar la guerra a la Alemania nazi, esto significaba claro el momento de Aces High, mientras de fondo el telón desplegado era naturalmente el arte de aquél sencillo, mientras las incesantes llamas no daban tregua, aún así bajo el control de Dickinson que aparecía con un gorro de piloto antiguo, cambiando nuevamente el telón ahora con el arte del sencillo The Evil That Men Do, lo que me hacía ver que de manera casi increíble Hallowed Be Thy Name habría salido del set (algo que nunca antes había ocurrido, desde su aparición en 1982), así se daba carpetazo a la leyenda del séptimo hijo con uno de sus cortes más demandantes para la voz de Bruce por las altas y bajas que maneja en sus tesituras, pero que incluso hoy 25 años después aún puede manejar.

Cambiaba el telón una última vez ahora con el tan citado eddie Maiden England 2013, (que lo vemos tal cual hoy día hasta en la sopa… el cabezal de este blog por ejemplo), con un interesante efecto que encendía sus ojos de un endemoniado color rojo, era hora de dar por terminada la noche tocando Running Free nueva favorita para cerrar las presentaciones desde 2010, y que durante su puente Bruce aprovecha para conversar por última vez con el respetable, a quien quiso entregarse cada vez de manera más obvia presentando a cada miembro de la banda poniéndole un sombrero de charro a cada uno, para terminar con las últimas estrofas prometiendo (o amenazando), volver (una vez más), lo que no hizo sino estallar las pasiones de los 50,000 leales hombres y mujeres aquella noche, retirándose así del escenario sumergido en la oscuridad durante varios minutos, lo que nos hacía dudar sobre si habría un último bloque de bises, lo que tristemente no sería así al comenzar a sonar la cinta de outro con la canción Always Look On The Bright Side Of Life de Monty Python, terminando otra epica presentación más, tan enérgica y pasional como tal vez ninguna otra en las 8 ocasiones en las que la doncella ha decidido visitar este país, con una nueva promesa para el futuro no quedaba sino irremediablemente volver a nuestras realidades que al menos durante unas cuantas horas fue aquella que nos rescata de la insoportable cotidianeidad, mientras todos completamente satisfechos ya nos atrevíamos a pensar, que esta sería probablemente la mejor de las actuaciones de maiden en México, y por su puesto sin dejar de desear… ya verlos otra vez.

Una vez más tuve la oportunidad de ver a mi banda favorita tocando en vivo, luego de 5 años de haberlos visto por primera vez, y aunque justamente el tiempo no ha pasado en vano y seguir viéndolos en lo más alto, las evidentes facturas del mismo se hacen cada vez más perceptibles, tocando quizá más lento y sin tantos movimientos desfrenados como antes, algunas canas y arrugas demás y cortes de cabello que buscan amortiguar todo esto, la calidad e integridad artística siguen siendo la constante, y la razón por la que los he visto ya hoy 4 veces todas y cada una muy especiales, por supuesto que quisiera verlos una quinta, una sexta o una séptima vez, pero las limitaciones del tiempo son ahora el enemigo, y aunque pudiera pensarse que 4 veces han sido un exceso, luego de seguir sorprendiendome y sentir que el mundo no existe durante 2 horas, seguiré aspirando a tal experiencia en tanto me sea posible, ojalá que como han prometido y cumplido en repetidas ocasiones puedan volver y ojalá pueda verlos nuevamente, al menos en lo que a mí respecta volvería a hacer todo lo posible y necesario para que así sea, es lo que hace mi mundo girar para bien o para mal, aunque por lo mientras deba volver a este extraño mundo banal, buscando y esperando siempre esa mágica escapatoria, aunque de momento no me queda sino agradecerles por cuarta ocasión, 4 ya son muchas, y es por eso que ahora debo decirles ¡muchas gracias!.

No caption needed.

…Continuará.

Y esto ha sido todo por esta semana, no se pierdan la próxima parte de esta historia con las fotos que pude tomar… de las que sencillamente puedo decir que hice mi mejor esfuerzo, hasta entonces, los dejo con el cartel promocional del evento.

Al final no hubo banderita de México.

9 octubre, 2013 | Categorías: Gigs. | Tags: Música | 2 comentarios

Iron Maiden + Slayer + Ghost Live At Foro Sol Stadium Mexico City 17-09-13 Segunda Parte (La Batalla – Juntos Como Uno, Seguimos Reinando).

Pues bien, es hora de continuar contando esta historia, esta como pueden ver es ya la segunda parte y aquí vamos.

El ingreso al foro sol fue naturalmente algo lento, con una enorme fila por los puentes peatonales, túneles y demás, y aunque sin duda eché de menos los asedios a los accesos, las guerras de botellas y los gritos de guerra, eso no significó para nada que el acceso no fuera una experiencia intensa de principio a fin, todo esto mientras los truenos nos hacían pensar en el diluvio que estaba por venir, así que una vez ya en la pista del autódromo, (tan pronto puse pie en ella), las primeras gotas comenzaron a caer, por lo que comenzó una carrera rodeando casi todo el estadio desde el acceso B hasta el acceso G que en esta ocasión fue donde pude entrar, y es que en un lapso de menos de un minuto la tormenta se dejó caer en la Ciudad de México, así completamente empapado llegué al último filtro que era la reja que me separaba del campo de batalla.

Una vez cruzando, mi estrategia era guarecerme de la lluvia y no gastar energías tal vez de manera innecesaria en algún moshpit esporádico o las desgastantes marejadas de gente que suelen ocurrir, así que los puestos de hamburguesas alrededor de la pista de general A sirvieron de refugio para mí todo esto mientras ya se realizaban las últimas pruebas de sonido para la presentación del grupo revelación del año, Ghost provenientes de Suecia, que eran la primer banda en rendir cuentas ante un estadio aún a medio llenar, pero que al menos en sus gradas ya dejaba muy pocos huecos, mientras ya podíamos ver el telón con el logotipo del grupo, hasta que de repente inició la reproducción del intro que daba pie al inicio de su actuación aquella tarde aún con luz de día incluso entre el diluvio torrencial que no daba tregua, por lo que la confusión entre el tumulto se agravó y apenas comenzaban a sonar las primeras notas de la noche mucha gente corrió en medio de la lluvia para de una vez unirse a la fiesta y empezar el combate cuerpo a cuerpo, aunque el resbaloso piso tenía otras intensiones para uno que otro despistado, todo mientras intentaba secarme en la medida de lo posible, y por supuesto que también mientras la larguísima canción Infestissumam seguía como intro.

Fue en ese momento cuando decidí echar un vistazo alrededor del estadio y me percaté que al menos el 90% estaba usando impermeables con gorros puntiagudos, que curiosamente hubieran pegado muchísimo con toda la onda tétrica de Ghost, de no ser por los chillantes colores amarillo y azul de dichas protecciones, así por fin la banda a la que sólo conocemos por sus seudónimos de «nameless ghouls» comenzaron a tocar su oscuro rock melódico y satánico de medios tiempos, y aunque me temía lo peor para ellos, mayúscula fue mi sorpresa ver la enorme recepción que tuvieron ante miles y miles de personas que lejos de «esperar algo más pesado» orientado tal vez hacia lo black, sabían perfectamente además de quién era esa banda, también las letras de las canciones casi en su totalidad, esto mientras la macabra aunque accidentada figura del papa Emeritus que lucía algo desmejorado… hablando por supuesto de su… ¿disfraz? (a falta de un mejor término me referiré a su atuendo como un disfraz, ya que a final de cuentas es un disfraz, pero no quiero ofender a ningún fanático de la banda), sin su característica mitra y sin su imponente báculo (artículos que aparentemente habrían sido robados, sin saberse aún si fue durante la especie de meet and greet que tuvieron con algunos de sus fans al llegar a México o si se perdieron como parte del equipaje en el aeropuerto).

De forma impresionante la gente se entregó desde el primer momento en que los suecos aparecieron en el escenario, dándoles la más calurosa de las bienvenidas que la banda pudiera esperar, con un público tan difícil como lo solemos ser en ocasiones los «metaleros» latinos, sin embargo como mencioné anteriormente y para efectos del buen entretenimiento había una gran sección del público en todas las localidades que decían profesar la oscura fé pregonada por Emeritus durante un set, evidentemente corto, pero contundente (dentro de los estándares de su música), y durante el cual aprovechó para dirigirse a sus feligreses, y aunque yo en ese momento estaba prácticamente ubicado a la altura de general B, podía apreciar (con sus evidentes limitantes), parte del espectáculo un poco moderado de la banda, apoyado por supuesto de las pantallas gigantes que justo como lo habían sido en 2011, eran totalmente en alta definición, incluso con Ghost, y aunque durante los primeros instantes de su actuación, el sonido estaba ligeramente mal ecualizado, en tan sólo unos segundos este problema se arregló (por suerte para no volverlo a padecer [almenos no en general A]).

Emeritus se dirigió ante decenas de miles de personas aquella tarde expresando su placer por visitar México, y excusarse de cierta forma por su improvisado atuendo, no sin aprovechar para decirnos que a pesar de las adversidades no estaba dispuesto a decepcionar a sus fanáticos mexicanos, algo que sin duda fue muy apreciado por los asistentes, todo esto con un muy marcado acento nórdico que sin duda nos da muestra de lo «joven» que es la banda y que a pesar de estar alcanzando un gran reconocimiento del público y la crítica en estos momentos, este no era sino un reflejo de la poca exposición que la banda ha tenido hasta ahora al «mundo exterior», más allá de sus heladas tierras, ya que aún conservan su marcado acento, al menos el único que puede hablar de ellos.

Ghost es una banda compuesta por seis miembros, 2 guitarristas que apuestan por el inusual modelo Gibson RD (del cual incluso tuve que investigar ya que de primera por el diseño, a la distancia imaginé que se trataba de una Thunderbird), bajista (Fender Precission por cierto), teclado y batería, todos vestidos como cardenales, aunque claro con una estética mucho más lúgubre y hasta blasfema, lo que llama la atención es que toda la indumentaria está basada en los preceptos de la iglesia católica apostólica romana, (algo a lo que los latinos estamos muy habituados), aunque quizá no así los escandinavos que hasta donde tengo entendido tienen un dogma predominantemente luterano/protestante (en donde no existen los cardenales ni mucho menos los papas) o hasta ortodoxo (que a pesar de ser los más similares al precepto católico, su indumentaria es muy distinta).

En todo caso vestirse como un pastor o un reverendo protestante sería lo más aburrido del mundo (básicamente una camisa y pantalón, negros así que para impactar y perturbar de manera más amplia (y por ende eficiente) apostaron por la afrenta a la jerárquica y política iglesia católica y sus milenarios estatutos tan caricaturizables, y dejando atrás este paréntesis y hablando más propiamente de su presentación bastante agradable y que sirvió perfectamente para calentar motores, la banda se despidió con la canción Monstrance Clock, cuyo estribillo incluso se quedó pegado en mi mente hasta el día siguiente, una canción muy bien lograda y pegajosa, pero que no se aleja de la naturaleza oscura de la banda, manteniendo toda esta ola de adoración a satanás y cuestiones por el estilo (aunque a todos nos queda claro que esta banda es como tal un acto, así que no esperemos de ella acciones radicales como quema de iglesias, o racismo extremo, por que esto no es black metal), y ya que nos ha quedado claro que esto no es black metal, aprovecho para decir que tuvimos la dicha de ver aquella ocasión a la revelación de lo que es esta nueva generación de «shock rock», puedo afirmar sin temor a equivocarme que estamos viendo a los nuevos Alice Cooper, los nuevos Marilyn Manson y hasta quizá los nuevos Rammstein (claro con un estilo musical muy distinto, pero con el mismo impacto visual), así que quien sabe, tal vez en unos cuantos años sean ellos los herederos del rock teatral con enormes producciones y envolventes presentaciones ambientales, sólo hace falta un poco más de experiencia y por su puesto de dinero), así mientras sus fans todos como uno cantando al «hijo de lucifer» (o eso decían), la banda se retiraba del escenario con un outro tan largo como el intro, mientras todos aprovechamos para reincorporarnos, replantear estrategias y reorganizarnos.

Acto inmediato comenzó a colocarse todo el equipo de Slayer al ritmo de un poco de AD/DC de fondo, y mientras yo buscaba un sujeto que me vendiera un impermeable y luego de encontrarme con fulanito y menganito, caminando de un extremo a otro de la pista en tan menos de media hora Slayer saltaba al escenario, con el telón característico de su logo que no duraría mucho, y ya con un cielo completamente oscurecido, y con una lluvia ligeramente más clemente los empapados asistentes nos dispusimos ya a entrar propiamente en combate intensivo, tan pronto aparecían Kerry King, Gary Holt, Tom Araya y Paul Bostaph, abriendo con World Painted Blood, que desató los mosh por toda la pista, y aunque me temía una verdadera masacre para mí, por suerte quedé «atrapado» en un lugar no tan endemoniado, lo que me permitió apreciar propiamente la presentación de los angelinos.

Ha sido el año más difícil para Slayer en toda su carrera, empezando con el súbito despido de Dave Lombardo y la trágica muerte de Jeff Hanneman a principios de este año, la verdad me esperaba también una fría recepción por parte de sus fans, pero no fue sino todo lo contrario, más bien sirvió un poco para la reconciliación con su público, celebrando la vida y obra del buen Jeff que tan dramáticamente perdió el piso durante los últimos años, y apenas pasados unos minutos de iniciada su actuación el telón con el logo de Slayer cayó revelando aquél emotivo logotipo de la cerveza Heineken (sí… ¿irónico no?), que en este caso tenía escrito el apellido Hanneman en el cintillo, además de la leyenda «Angel Of Death, Still Reigning», lo que sin duda fue uno de los momentos más emotivos de la noche, mucha gente gritando y homenajeando a aquél héroe caído, y por supuesto que el grito de «Hanneman, Hannaman» no se hizo esperar, para comenzar el repaso de lo más brutal del catálogo de la banda, con canciones como War Ensemble, Mandatory Suicide, South Of Heaven y Seasons In The Abyss además de algunas otras, pero no sería sino hasta los bises cuando las pasiones se desbordarían cuando comenzaron a proyectarse en las pantallas gigantes, fotos memorables de toda la vida de Hanneman desde su niñez hasta su juventud en la escena de Los Angeles, y su consgración y la vida en la carretera, perturbadoramente siempre con un trago en la mano, mientras Tom aprovechaba para hablarnos con un español ya no muy fluido, y dar paso a Raining Blood, momento que ya todos esperábamos con demencia, mientras agitábamos maniáticamente nuestras empapadas cabelleras, iniciándo así otro despiadado moshpits, oportunidad que tuvimos para calar la extraordinaria capacidad del buen Gary Holt y su guitarra Shecter con un decorado de salpicaduras de sangre (muy ad hoc con toda esta onda de Slayer), en un delirante duelo de solos con Kerry King (a quien no pude apreciar demasiado), y finalmente dar por terminado el asalto con Angel Of Death, composición clásica del buen Hanneman, mientras el circle moshpit junto a mí llegaba a su clímax culminando con la brutalidad, mientras me dí un poco de tiempo para voltear a ver la siempre impresionante panorámica del Foro Sol, que para sorpresa mia estaba lleno a reventar en todas sus localidades (incluso cuando apenas un par de horas antes, el mapa interactivo de Ticketmaster, mostraba miles de boletos disponibles), pero no… aquella noche 51 mil almas perdidas nos reuníamos una vez más para el oscuro ritual con nuevos seguidores y otros más veteranos que hemos estado presentes tal vez 4 veces, o hasta 7… tal vez incluso 8.

Luego de que iniciara la disipación entre toda la confusión, iniciaba otra travesía, con una pista atiborrada, para poder llegar al otro extremo (y así poder cumplir nuevamente mi deseo de ver la dupla Harris-Gers en acción), algo que me tomó casi la totalidad del interludio entre Slayer, y la inminente aparición de la doncella, hasta que logré encontrar una ubicación tal vez no ideal pero si bastante agradable para apreciar el espectáculo con muy buena visibilidad, todo esto mientras deleitaba mis tímpanos con obras de Deep Purple, Judas Priest, Whitesnake, Thin Lizzy y hasta Def Leppard, no podía sentirme más cómodo en cualquier otro lugar en el planeta, apesar de estar rodeado de decenas de miles de personas y en posiciones no muy propicias a la relajación, algo que sin duda era lo último que podía esperar en un día como ese, y habiendo llegado a un 100% de mi condición física, (claro que sin tener haber soportado 12 horas de pie 5 de las cuales con el más despiadado sol) el escenario estaba listo hasta que apareció un camarógrafo que nos incitó a gritar y brincar, en lo que seguramente será parte de la nueva entrega de lo que anteriormente se conocía como IMTV y que ahora se publica sencillamente bajo el nombre de «Tour Report» periódicamente en el sitio oficial de la banda (cuya entrega seguimos esperando), y así comenzaban a aparecer todos los roadies, siendo el primero de ellos el de Adrian Smith que cuidadosamente colocaba la pedalera del guitarrista en su lugar, mientras también se probaban el bajo de Steve Harris (nuevamente el Precission personalizado con el logotipo del West Ham United) y la Fender Stratocaster Tobacco Sunburst de Dave Murray, mientras todo me había parecido exageradamente rápido, curiosamente este interludio no sería la excepción y más pronto que tarde, comenzó a escucharse la cinta de Doctor Doctor de U.F.O., esa especie de «pre-intro» que nos da la última señal de que por fin la doncella está a punto de aparecer, un ritual que cada vez es más reconocido por la audiencia, y comienza a ser cantado con mayor emoción conforme se populariza esto en quienes ya han visto a la banda repetidamente.

Así la travesía llegaba a su fin toda la espera de 160 (y casi 1 más) días culminaba junto con la citada canción al momento que las luces del recinto se apagaban por completo para que 51 000 maidenianos al fin volvieran a casa luego de 2 años y medio de espera.

…Continuará.

Y esto ha sido todo por esta semana, esperen la próxima parte de la historia que como pueden imaginar estará dedicada enteramente al set de Iron Maiden, mientras los dejo con una interesante foto (ya que en esta ocasión no pude estar «first to the barrier», [y aunque lo hubiera estado, aún no suben las fotos al Facebook oficial de aquella fecha] les daré un adelanto de las fotos PRO (obviamente no mías) tomadas aquella noche, con el crédito correspondiente a OCESA.

Juntos como uno, seguimos reinando

(«Still reigning, together as one»).

2 octubre, 2013 | Categorías: Gigs. | Tags: Música | Deja un comentario